El pasado mes de junio hicimos un TALLER INTENSIVO a lo largo del cual nos fuimos planteando cómo podría ser el recorrido a través de las sensaciones que caracterizan las diferentes ETAPAS NATURALES DE LA VIDA DE UN SER HUMANO. Fue una jornada intensa de aprendizaje compartido y todos/as cuantos participamos en ella disfrutamos reflexionando, explorando y trabajando juntos/as. Por eso he decidido ofrecer de nuevo el mismo taller el SÁBADO 7 DE SEPTIEMBRE y poder así compartir tiempo, reflexión y emoción con más personas.
En cada etapa encontramos una forma de sentirnos determinada y característica de la etapa en cuestión que nos ayudará a comprender su significado y a desarrollarnos en ella. Cada etapa tiene su sentido y su razón de ser y en cada una de ellas encontramos las vibraciones que nos ayudan a pasar a la siguiente etapa de manera natural. La intención del trabajo es explorar de forma vivencial las vibraciones que caracterizan cada etapa y aprender a aprovechar estas vibraciones en nuestro beneficio para conseguir completar el proceso vital de forma natural, satisfactoria y fácil.
Debido al impacto que tiene en nosotros el SISTEMA DE CREENCIAS en el que hemos crecido y en el que vivimos, este proceso natural no se puede desarrollar correctamente porque queda truncado en una de las etapas de la que rara vez conseguimos salir. Pero esto ya lo iremos descubriendo…
Este sistema de creencias ha ido pasando de generación en generación desde muy atrás y son muchas las persones que lo comparten. Está tan normalizado que a menudo resulta difícil tomar conciencia clara de él.
Si nos trasladáramos a ÉPOCAS PASADAS: Al Paleolítico o a la Edad Media, por ejemplo (en realidad a cualquier época previa a la revolución industrial y la despoblación de las zonas rurales…), veríamos algunos datos prácticos:
- De los 0 A LOS 6-7 AÑOS, niños y niñas estaban AL CARGO DE LAS MUJERES DEL GRUPO al que pertenecían y se les exigía poco. Sin embargo, desde el refugio de las mujeres, observaban y aprendían cómo se relacionaba todo el mundo y las sensaciones que se movían en la tribu.
- De los 7 A LOS 14 AÑOS era tiempo de FORMACIÓN Y APRENDIZAJE DE LA MISIÓN que tenían cada uno/a: aprendían a ser útiles para el grupo. Los niños iban al trabajo con los padres y empezaban a aprender su “oficio”. Y las niñas seguían con las mujeres, pero ahora ya con responsabilidades crecientes, aprendiendo también l que será su tarea principal.
- De los 14 A LOS 21 AÑOS era el tiempo de la CRIANZA. A los 14-15 se formaban parejas por orden y conveniencia de los cabezas de familia. Las niñas empezaban a tener hijos y les atendían junto a las demás mujeres del grupo. Los niños ya podían gestionar ellos solos su “negocio” porque ya habían aprendido del padre todo lo que necesitaban saber.
- De los 21 A LOS 28 AÑOS, las chicas seguían teniendo hijos y atendiéndolos. Si no podían tener más hijos seguían atendiendo a los hijos del resto de mujeres del grupo. Además, comenzaban a entrenar a sus hijas de 7 años en la maternidad. Los chicos ya tenían un hijo de 7 años al que tenían que empezar a enseñar el oficio para que cuando tenga 14 y el padre 28 esté en condiciones de sustituirlo si es necesario.
Fijémonos en que, a partir de los 21 años ya no había nada nuevo que aprender. Ahora tocaba ENSEÑAR LO QUE SABÍAN A LA GENERACIÓN SIGUIENTE: se repetía el proceso con los distintos hijos si sobrevivían unos pocos. Ellos enseñaban a los niños a realizar el trabajo que les tocara y ellas enseñaban a las niñas a hacer lo que hacían las mujeres.
- A LOS 28 AÑOS, si todo había ido bien, YA SE HABÍA CUMPLIDO LA MISIÓN. Un hijo podía hacerse cargo del trabajo y una hija podía tener hijos. Ambos estarían casados para seguir haciendo lo mismo una generación más. El recambio generacional se había logrado. Si se vivía más tiempo y se habían tenido más hijos, se podía seguir adelante asegurando más y más este recambio generacional. Ellos seguían trabajando con los hijos y ellas seguían atendiendo a los niños y hombres de la tribu hasta la muerte que, si habían llegado hasta los 28-30 años ya podía llegar en cualquier momento.
En nuestra cultura de base católica podemos observar algunos de los rituales de paso entre etapas: el uso de razón a los 7 años (con la Primera Comunión), la Confirmación en torno a los 14 años, la mayoría de edad a los 21 años hasta hace apenas unos años…
Y esto era la VIDA DE LA SUPERVIVENCIA… ¿Reconocéis algún vestigio en vosotros/as??
En los últimos 150-200 años se han producido una serie de cambios que han hecho que este modelo que ha sido útil para sobrevivir desde que los humanos habitamos el planeta se haya visto desfasado en algunos lugares geográficos concretos.
Por una parte, se ha casi triplicado la esperanza de vida.
Por otra parte, hemos conseguido que una parte notable de la población tenga cubiertas sus necesidades básicas, por tanto, haya salido de la supervivencia y se pueda plantear la posibilidad de VIVIR EL BIENESTAR.
Todo esto se ha producido una incoherencia entre el modelo de vida ancestral y la realidad que vivimos muchos de nosotros, generando confusión y malestar.
Y CUANDO LA VIDA YA NO ES SOLO UNA LUCHA POR NO MORIR Y PARA DEJAR HIJOS QUE NOS SOBREVIVAN Y QUE, A SU VEZ, DEJEN AQUÍ SUS HIJOS… ¿QUÉ ES?
Además de nacer, crecer y reproducirse antes de morir, ¿qué podemos hacer con nuestra vida? ¿Y cómo hacerlo? ¿Qué sensaciones nos impulsan de etapa en etapa? ¿Cuál es el significado de cada etapa de una vida humana plena cuando ya no estamos sobreviviendo?
Sobre todo esto reflexionaremos juntos/as el sábado 7 de septiembre.
Confío que os resulte interesante y os animéis a compartir conmigo tiempo y descubrimientos.
Dolors Monturiol.
Julio 2024.