CENTRAMIENTO: Importancia de centrarse en uno/a mismo/a y mantenerse en el centro propio.  

Hoy me gustaría hacerte una pregunta: ¿CÓMO TE SIENTES ante la situación que TÚ PERSONALMENTE estás viviendo en este momento a nivel profesional? ¿Y a nivel personal?

Te invito a reflexionar sobre aquello que sientes durante unos instantes y a escribir el nombre de las 2-3 sensaciones que aparecen en primer plano cuando piensas en el trabajo y en tu situación laboral cotidiana y concreta. También puedes plantearlo a nivel personal, en este momento de tu vida.

En los últimos años, en parte debido a la experiencia de la pandemia, el trabajo ha cambiado para muchas personas, en calidad, en cantidad y en forma de hacerlo. Puede que a nivel personal, por motivos diferentes, también tu vida personal haya cambiado. Ante estos cambios, ¿con qué pensamientos y con qué emociones reaccionas tú?

Probablemente, las emociones que has identificado se reparten entre:

  • Diferentes niveles de MIEDO: Puedes sentir inseguridad, desprotección, angustia, incertidumbre, temor, desconcierto, indefensión, resignación, sumisión, sometimiento…
  • Y diferentes niveles de RABIA: por no sentir capacidad de control sobre la situación ni sobre las decisiones que otros toman y que afectan directamente a tu trabajo o a tu vida personal. Esto nos conecta con la impotencia, el enfado, la sensación de injusticia, la obligación, los celos, el rechazo, el disgusto…

Puede que consideres que, en tu fondo de pantalla emocional de esta temporada predomina la rabia/impotencia o el miedo/indefensión. Pero si te fijas bien, es posible que te des cuenta de que vas saltando de unes de estas sensaciones a las otras varias veces a lo largo del día…

En cualquier caso, te invito a continuación a tomar consciencia del impacto de mantener estas sensaciones (rabia/miedo) a lo largo del tiempo: 

  • Sobre tu CUERPO (y, por tanto, sobre tu salud): Puedes observar tu MUSCULATURA y valorar si la sientes más bien tensa o más bien relajada. Observa también cómo RESPIRAS normalmente (¿¿la tuya es una respiración amplia, cómoda, profunda, consciente… o más bien es superficial, corta, rápida…??) Recuerda que respira cada célula de tu cuerpo y que de la calidad de este proceso dependerá en buena medida tu VITALIDAD…
  • Oscilar entre la rabia y el miedo también afecta a tu ACTIVIDAD MENTAL. Cualquier estímulo nuevo, cualquier información nueva, cualquier correo electrónico, cualquier llamada telefónica… se puede recibir como una amenaza, una agresión o un nuevo tropiezo. Esto dispara la actividad de nuestra cabeza y aparece una especie de “parloteo mental” que, a su vez, retroalimenta las sensaciones de indefensión y de impotencia cerrando el círculo y afectando a tu ATENCIÓN, a tu PENSAMIENTO y a tu funcionamiento COGNITIVO.

Este fondo de pantalla emocional con su reflejo físico y mental generan la ACTITUD en la que nos situamos para recibir y dar sentido (interpretar) la información que nos llega de nosotros mismos/as, de los demás y del mundo y desde la que reaccionaremos a ello, dando respuesta, en forma de decisiones y de acciones.

Si te fijas bien, si reaccionamos sintiendo rabia/impotencia o miedo/indefensión, es porque la realidad no es como nosotros la queremos, cómo nos gustaría, o como nos prometieron que sería… Interpretamos la situación como peligrosa, agresiva, hostil para nosotros… Y reaccionamos a la defensiva. Tanto la rabia como el miedo, que son emociones básicas de las que maneja el sistema cerebral límbico, nos CIERRAN: el CUERPO tiende a contraerse, a encogerse sobre sí mismo y la MENTE se enfoca sólo en aquello que es disfuncional y en lo que es cambiante…

Si prestas atención te darás cuenta de que esta es la reacción natural cuando los radares del sistema límbico/emocional detectan que estamos en una situación de PELIGRO VITAL INMINENTE. Reaccionamos en cierre para protegernos físicamente y para no distraernos mentalmente de lo que podría ser potencialmente agresivo o peligroso. 

Se disparan los mecanismos automáticos de RESILIENCIA BIOLÓGICA que nos activan y preparan para luchar o huir: SÓLO IMPORTA SOBREVIVIR y ni siquiera somos claramente conscientes de ello.

¿Cuál es el problema de esta forma de reaccionar?? Pues que NO ES REALISTA. Hay una realidad que no te gusta, pero no estás en peligro vital real e inminente.

Por tanto no hay contra quien luchar ni de quien huir de manera realista y toda la activación generada por los sistemas instintivo y emocional acaba produciendo efectos a diferentes niveles:

  • CONTRACTURAS MUSCULARES diversas (el cuerpo está listo para salir corriendo o para atacar y no hace ni una cosa ni la otra…): cervicalgias (migrañas, vértigos…), lumbalgias…
  • DIFICULTADES PARA DESCANSAR adecuadamente: ¿quién puede dormirse si las alarmas cerebrales detectan peligro vital? Te sientes en una situación de emergencia permanente.
  • PENSAMIENTOS EN BUCLE, muy centrados en lo que hemos perdido con los cambios. Esto hará que dediques tiempo y energía a la QUEJA, a la REIVINDICACIÓN y a la CRÍTICA. ¿Sabes de qué te hablo? ¿Sientes cuánto cansa?
  • Está claro que mantener esta actitud tendrá un impacto tanto sobre la SALUD FÍSICA como sobre la MENTAL.
  • Y con la mirada clavada en lo que ya no tienes y el estrechamiento mental que estas sensaciones nos provocan, ¿cuánta conciencia tendrás de las POSIBILIDADES QUE LA NUEVA SITUACIÓN TE OFRECE A TI PERSONALMENTE?? Está claro que poca…

A lo largo de la evolución, todas las especies con las que los compartimos, han utilizado los cerebros instintivo y emocional para orientarse de forma automática e inconsciente, hacia comportamientos que favorecen la supervivencia y para alejarse de aquellos que la podrían comprometer. Estos cerebros escanean continuamente tanto el entorno como el interior del individuo.

Los CAMBIOS BRUSCOS, tanto internos (bajada de azúcar en sangre, por ejemplo) como externos (aparición de un depredador, de un incendio, de una tormenta…) siempre se leen como un PELIGRO VITAL POTENCIAL y todo el organismo reacciona.

A pesar de tener un neocórtex cerebral capaz de generar una interpretación racional, consciente, ponderada y realista de lo que está pasando, si no pones mucha atención, por defecto, toma el control el piloto automático del sistema emocional. Por eso ESTAMOS MUCHO MÁS PENDIENTES DE LO QUE PASA FUERA DE NOSOTROS: de las circunstancias, de lo que hay que hacer, de lo que hacen o deberían los demás, de cómo deberían ser las cosas… QUE DE CUÁLES SON LAS EMOCIONES CON LAS QUE ESTAMOS REACCIONANDO.

Si entrenaras el hábito de preguntarte a menudo cómo te sientes y de hacerte consciente a través de la observación de tu CUERPO, de tu PENSAMIENTO y de tu ACTIVIDAD MENTAL, te darías cuenta cuando estás sintiendo EMOCIONES BÁSICAS y de que , por tanto, la ACTITUD con que estás reaccionando es de SUPERVIVENCIA.

Entonces, si aceptas que tu vida no está en peligro de forma inmediata y real, PUEDES TOMAR TÚ EL CONTROL CONSCIENTE DE LO QUE ESTÁS PENSANDO Y SENTIENDO (a través de la parte prefrontal del neocórtex) y puedes dar a la situación que vives otro sentido, que posibilitará reaccionar de forma distinta.

Date cuenta de que te estoy hablando de tomar tú el CONTROL CONSCIENTE Y DECIDIDO DE LO QUE PIENSAS Y LO SIENTES porque tienes un cerebro humano que posibilita trascender y dominar el cerebro instintivo/emocional de supervivencia (recuerda que somos los únicos seres capaces de morir de hambre en presencia de comida, si tomamos la decisión propia de no ingerirla…). Te estoy hablando de generar una ACTITUD NUEVA, basada en sensaciones diferentes de las emociones básicas (especialmente rabia y miedo pero también sorpresa, tristeza, alegría y asco…) con las que sobreviven los animales, desde la que reinterpretar la realidad y decidir cómo comportarte.

Esto sólo está al alcance de un CEREBRO HUMANO ADULTO (más de 23-24 años) que no esté en una situación de peligro vital real e inmediato. Creo que reúnes ambos requerimientos, en ese momento concreto, si estás leyendo esto.

Habiendo llegado a este punto estoy segura que me preguntarás: Y ESTO, ¿CÓMO SE HACE?  ¿Cuáles serían las sensaciones alternativas a las emociones básicas como fondo de pantalla de nuestro día a día?

Pues justamente esto es lo que puedes aprender en el Taller de Centramiento que dirige la INGRID TORRA.

Dedicar una hora a la semana a trabajar activamente en el aprendizaje y el entrenamiento de técnicas que te ayuden a recuperar tu centro y explorar cómo te ves y te comprendes a ti mismo/a, a los otros y al mundo que te rodea es sin duda una inversión inteligente.

Si te interesa puedes pedir información sobre los horarios y grupos que todavía están abiertos. ¡Te gustará!

Dolors.

Octubre 2024.